martes, 31 de mayo de 2011

La oreja de Martha Arboleda García

Es el pan de cada día en los centros de salud de todo el mundo: especialistas entrenados para sanar y mejorar la calidad de vida de las personas, actúan como verdugos de los más frágiles.
En este caso el argumento es que,  si el niño en camino pudiera venir afectado severamente en sus capacidades físicas o intelectuales, lo mejor sería no tenerlo.
Esta es una postura que de manera silenciosa golpea y ofrende a mucha gente por ser terriblemente injusta y discriminatoria. Las personas con discapacidad están protegidas por casi todas las legislaciones del mundo, sin embargo la vida de las personas discapacitadas que están por nacer es vista en muchos casos como ‘algo’ de lo que es conveniente prescindir.
Se tiende a ver a quien tiene necesidades especiales como alguien diferente al común y corriente de las personas, pero vistos de cerca en diferentes grados y aspectos todos somos discapacitados y tenemos necesidades especiales.
Que los bebes por nacer sean eliminados por la discapacidad con la que vienen es profundamente ofensivo para la gente nacida con alguna discapacidad y además manda el mensaje de que la sociedad simplemente ‘tolera’ en vez de valorar su presencia.
Las familias con miembros que presentan necesidades especiales,  deberían contar con el apoyo y la asesoría indispensable desde que la discapacidad es detectada en el vientre materno con el objetivo de hacerle frente a los retos que presenta la condición cualquiera que esta sea.
De la misma manera el niño debe contar con la ayuda necesaria para salir adelante y al contrario de la sentencia de muerte que se dicta todos los días en los hospitales.
Dicho de otra manera una persona es discapacitada según las circunstancias, por ejemplo: si es  instalada una rampa de acceso en la entrada de un edificio, un usuario de silla de ruedas no estará entonces incapacitado para entrar.
Así mismo el niño por nacer será discapacitado según la actitud que se asuma frente a sus necesidades especiales.  Todos tenemos la obligación de contribuir a satisfacer esas necesidades, el aborto solo las elimina, no las soluciona.
Finalmente hay que tener muy claro que LAS PRUEBAS CIENTIFICAS PARA DETECTAR DISCAPACIDADES NO SON 100% PRECISAS, la vida humana no siempre puede ser medida por la ciencia, para comprobarlo basta ver a Martha y a su hija! 
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